Beneficios de vivir en un barco
1. Facilidad para moverte
Si te aburres de un lugar, puedes
irte a otro fácilmente - contando con que haya haga buen tiempo - cada día si quieres.
Puedes
fondear en calas preciosas, donde no haya apenas gente.
Llegar a un nuevo lugar justo a la hora del atardecer para poder disfrutar de la puesta de sol y contemplar esos tonos anaranjados que se forman en el cielo mientras despedimos la tarde, es una experiencia inolvidable y muy recomendada si quieres tener un recuerdo en tu mente imborrable.
Es una gran hora del día para navegar. Imagina poder sentarte en popa compartiendo una cerveza mientras te diriges hacia el lugar donde dormiréis.
Cuando se llega a la cala donde se va a
fondear, suele ser
muy tranquilo, con solo unos pocos barcos fondeados.
Es un lugar para encontrar un poco de tranquilidad, y poder dejar por un momento el estrés del día a día de la gran ciudad.
El poder recorrer lugares distintos e improvisar
nuevos lugares en pocos días es una experiencia apta para aventureros.
2. Experiencia saludable
Estar en contacto con la
naturaleza siempre es más sano que vivir en una gran ciudad.
Hay médicos que afirman que el mar puede ser un buen lugar para vivir ya que el mar contiene yodo y sales marinas.
Este tipo de componente colabora a que las personas con determinados problemas como:
- Tensión arterial
- Problemas en la articulaciones
- Infecciones
- Problemas respiratorios
- Personas con estrés
3. Puedes vivir haciendo una de las cosas que más te gustan: navegar
Si tu pasión es la navegación, vivir en un barco a tiempo completo significa que puedes
salir a navegar cuando quieras.
El velero se mueve lentamente, a una velocidad de cuatro o cinco nudos por hora, pero también se siente como un caballo de carreras a toda velocidad cuando el viento circula por las velas, y el velero atraviesa las olas.
Cuando se gobierna un barco se tiene una sensación de dominancia sobre él que te puedes sentir conectado o conectada con la naturaleza.
4. Conocer sitios nuevos de forma sencilla
Si te gusta opciones cuando se trata de viajar, vivir en un barco es un opción recomendable para ti.
Cuando vives en un velero puedes decidir ir a cualquier parte. ¿Canarias este invierno? ¿Qué hay de las Azores? O tal vez este verano, podrías disfrutar de un tour por las
Islas Baleares durante unos meses. ¿Tal vez Grecia el próximo verano?.
Es divertido pensar en los lugares
donde podrías ir.
Lo único que te puede detener es el
mal tiempo.
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5. Mayor libertad que en un hotel o apartamento
Un gran inconveniente a la hora de viajar es la necesidad constante de detenerse y buscar tu próximo hotel o apartamento.
Con la vida en un velero, podrás llevar
tu "pequeño apartamento" a cualquier lugar, y siempre tener a mano las cosas que desees pues es tu casa al fin y al cabo.
6. Contarás con mayor intimidad
Hay muchas personas a quienes les gusta la
intimidad de un espacio pequeño.
En cualquier lugar del barco puedes conversar o hacer cualquier otra actividad con la que disfrutes sin tener que sentirte observado.
Disfrutando del sonido del mar y
sin distracciones.
Desventajas de vivir en un velero
Si bien vivir en un velero a tiempo completo resulta satisfactorio, tampoco se consigue sin lidiar con
muchos imprevistos.
Muchas cosas se rompen en un barco, las
reparaciones pueden ser costosas y siempre debes estar atento a la
meteorología.
La navegación puede ser fría y dura, así que si no te gusta el viento y el agua en la cara, equípate a conciencia.
Pero estas cosas se convierten en insignificantes en comparación con la belleza y la alegría de estar en un velero.
La idea de vivir en un barco “no es oro todo lo que reluce”.
Un barco implica
muchas obligaciones, además de un gasto importante en lo que respecta al mantenimiento del mismo.
A los que les gusta navegar, son más las cosas buenas que les ofrece que las cosas malas.
Aún así vamos a enumerar las 5 peores cosas de vivir en un velero:
1. Trabajo interminable
Cuando compras un barco por primera vez no te haces a la idea del
trabajo que conlleva mantener una embarcación.
De hecho, alguna vez habrás escuchado esta frase: "Los dos mejores días de la vida del dueño de un barco son, el día en que lo compras y el día en que lo vendes”.
En un principio, no sabes de que te están hablando hasta que te conviertes en propietario.
¿Vender tu barco? ¿Por qué querrías hacer eso alguna vez?
Los barcos dan muchísimo trabajo.
Son tediosos.
Se rompen.
Necesitan dedicarles un tiempo interminable,
atención y mantenimiento.
2. El espacio es reducido
El tamaño medio de una embarcación de recreo suele estar alrededor de 12 metros, pero eso no significa que haya mucho espacio de almacenamiento en él.
La mayoría de los compartimentos están llenos de herramientas de varios tipos, chalecos, botiquín, dispositivos de emergencias, el resto de armarios para comida, ollas y sartenes, y Dios sabe qué más.
Otra cosa a tener en cuenta sobre vivir en un espacio realmente pequeño es
llevarte bien con tu pareja.
En espacios reducidos, cuando llevas varios días es normal que surjan los roces porque al final, no tienes muchos lugares donde despejarte.
3. La cocina es muy pequeña
Sí, la cocina del barco es súper adorable y es de agradecer tener una cocina de propano de dos fuegos.
Es
difícil cocinar en un espacio tan pequeño, y cuando navegas o estás fondeado, la cocina se balancea y se balancea,produciendo que muchos utensilios o alimentos se caigan al suelo.
Tampoco hay suficiente espacio en la nevera.
Esto significa que hay guardar todas las cosas que requieren de frío para su conservación en un frigorífico pequeño.
4. El baño
Al igual que con la cocina, es de agradecer tener un inodoro en el barco.
Cuando vives en un velero, mientras estás atracado en un puerto deportivo puedes hacer uso de los vestuarios, lo más parecido a una casa.
Por el contrario cuando estas navegando todo cambia.
La taza del
WC se adhiere a un
pequeño orificio en el suelo, y el constante movimiento del barco, te obliga en muchas ocasiones a utilizar las manos para apoyarte y así mantener el equilibrio.
Al final ir la baño se convierte en todo una prueba de equilibrio.
5. Vivir con lo mínimo
Vivir en un barco o vivir en un velero tiene condicionantes importantes no apto para personas muy caseras.
Cuando tomas la decisión de vivir en un barco, aceptas por ende:
- Tener que lavar la ropa a mano o llevarla a lavanderías de forma periódica
- Dificultades para tender la ropa
- Cocinar de forma más alternativa
- Contar con ropa de abrigo
6. El mareo
Si eres propenso al
mareo, vivir en un barco probablemente no sea una gran idea.
Cuando estamos atracados en el puerto deportivo, el barco realmente no se mueve.
Afortunadamente, uno se acostumbra.
Lo peor es cuando estás en alta mar.
Las pequeñas olas se van convirtiendo en olas cada vez más grandes, al principio cuando capeas las olas disfrutas del movimiento, pero una vez das la vuelta y ves como nos golpean por la popa o desde el costado, una y otra vez.
En tu estómago se va formando un nudo y tienes que
concentrarte en respirar y mirar el horizonte.
Hasta los marineros más experimentados se marean, y uno busca la forma de reducir las náuseas cuando está en alta mar.
7. El mantenimiento de un velero
Como comentábamos, vivir en un velero no son todo lujos.
Otro de los grandes inconvenientes o desventajas que tiene, es que hay que estar muy pendiente de tener los
cuidados adecuados de
mantenimiento para la embarcación.
Si por ejemplo, tienes
una avería importante, tendrás que
buscar alojamiento en el lugar que te encuentres ya que navegar puede no ser seguro en función del tipo de avería que sea.
¿Cómo es vivir en un velero?
El velero ideal para vivir
Como comentábamos antes,
la falta de sitio y de espacio en un velero es
uno de los inconvenientes que puede generar mayor dificultad a una persona a la hora de decidir irse a vivir a un barco.
Lógicamente, el espacio irá en proporción de los recursos económicos que tengas.
Es decir, si te agobian los espacios pequeños pero tienes dinero suficiente para tener un barco suficientemente amplio, no tendrás problema. Por eso habrá que buscar la opción que se adapte mejor a tus necesidades y posibilidades económicas.
Si por lo que sea, la opción de comprarte un velero no está entre tus planes, siempre puedes
alquilar un barco sin patrón.