Puede que te sacaras una
titulación náutica hace poco, con ganas de estrenar este verano como patrón, o que lo tuvieras desde hace años pero lleves tiempo sin salir al mar. En ambos casos, hay algo que conviene tener muy presente:
navegar no se olvida, pero se oxida. Y asumir el mando de un barco, aunque sea de recreo, es una responsabilidad real. No es para agobiarse, pero sí para tomárselo en serio.
Aquí tienes algunas ideas que te conviene repasar antes de lanzarte a patronear.
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1. La responsabilidad de ser patrón
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2. Conocer bien el barco que vas a patronear
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3. Maniobrar con seguridad y sentido común
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4. Riesgos reales en la navegación costera
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5. Situarse sin depender solo del GPS
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6. Navegar de noche con criterio
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7. Usar la tecnología como apoyo
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8. Entender el tiempo y leer el cielo
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9. Aprender acompañado antes de lanzarse solo
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Curso para recordar lo aprendido en el título PER
1. La responsabilidad de ser patrón
Tener una titulación no te convierte automáticamente en buen patrón. El título te autoriza, pero ser patrón es algo más profundo: es hacerse cargo de las decisiones, del barco y de las personas que llevas a bordo. Eres tú quien debe valorar si se puede salir, cómo organizar la navegación, qué hacer ante un fallo o una emergencia.
Eso no significa ser experto en todo, pero sí tener claro que el patrón es el que lidera con calma, prepara las cosas antes y asume lo que venga con criterio.
2. Conocer bien el barco que vas a patronear
Cada barco es un mundo. Aunque te sepas la teoría, el papel del patrón empieza conociendo bien la embarcación concreta que vas a llevar. No basta con que sea de tu eslora o tipo. Antes de salir, dedícale un buen rato en puerto para revisar y familiarizarte con todo.
Si algo va mal una vez fuera, lo último que quieres es tener que ir buscando a ciegas una llave de paso, una bomba o el extintor.
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Aquí te dejo una checklist básica que te puede servir de guía:- Chalecos salvavidas y equipo de seguridad: localízalos y revisa que estén accesibles.
- Motor: cómo arrancar/parar, nivel de combustible y aceite.
- Bomba de achique: dónde está y cómo se activa.
- Grifos de fondo: localízalos y asegúrate de poder cerrarlos si hace falta.
- Timón y hélice: cómo responde en marcha y al maniobrar.
- Luces de navegación y radio VHF: comprueba que funcionan bien.
- Ancla: cómo soltar y recoger, y cantidad de cadena disponible.
Aquí te dejo más detalles sobre
preparación antes de hacerse a la mar.
3. Maniobrar con seguridad y sentido común
Las maniobras son, probablemente, lo que más respeto da a quien patronea por primera vez. Y con razón. Un barco no frena como un coche ni gira como una bici. El viento, la marea, la forma del casco… todo influye.
Aquí, la clave es la anticipación. Si tienes que atracar, planifícalo. Mira cómo sopla el viento, qué espacio tienes, si puedes usar una ayuda (como un cabo desde proa o un bichero). Y si algo no sale a la primera, repítelo. Lo que no puedes permitirte es hacer algo a lo loco o con prisa.
Además, moverse por cubierta con seguridad también forma parte del oficio. Si hay balance o mar de fondo, el chaleco y el arnés no son un estorbo, son un seguro.
Te recomendamos apuntarte a un
taller de maniobras antes de salir a navegar, para que puedas adquirir confianza y habilidades prácticas que te serán de gran ayuda.
4. Riesgos reales en la navegación costera
Muchos piensan que cuanto más cerca de tierra, más seguros están. Y es justo al revés. Es cerca de la costa donde hay más tráfico, piedras, bajos, corrientes, bañistas, boyas… Todo pasa más rápido y con menos margen.
Un patrón con experiencia sabe que a veces, mar adentro y con la costa a sotavento, se está más tranquilo. Navegar cerca de tierra requiere mucha atención y no es el mejor plan si estás empezando o si hace tiempo que no navegas.
5. Situarse sin depender solo del GPS
Hoy en día tenemos pantallas que nos dicen casi todo, pero confiar ciegamente en el GPS es un error. ¿Qué pasa si se va la señal? ¿Si se agota la batería? Por eso es importante saber leer el entorno y situarse con medios clásicos, aunque sea de forma básica.
Dos demoras no bastan. Una tercera te da un triángulo de incertidumbre, sí, pero a veces es más útil trazar líneas de seguridad: enfilaciones que no debes sobrepasar, sondas mínimas, o mantenerte al resguardo de un veril.
Saber dónde estás exactamente no siempre es posible. Pero saber dónde estás seguro, sí lo es. Y eso marca la diferencia.
6. Navegar de noche con criterio
Navegar de noche no es más peligroso… pero sí más exigente. Todo cambia: las luces se confunden, las referencias visuales desaparecen y cualquier error cuesta más de corregir.
Por eso es importante aprender a reconocer las luces de otros barcos, faros y balizas, y saber cómo actuar si no ves lo que esperabas. También te será útil gobernar tomando una estrella como guía o entendiendo cómo se comporta el barco con las olas en la oscuridad.
Si no tienes experiencia, evita navegar de noche hasta sentirte seguro. Y si te toca, que sea con buena preparación. Aquí tienes
consejos para tener navegaciones nocturnas seguras.
7. Usar la tecnología como apoyo
Hay herramientas buenísimas: Navionics,
Windy, Boating, radar… Pero no pueden pensar por ti. Antes de lanzarte a usarlas en plena navegación, familiarízate con ellas en tierra o en días tranquilos. Aprende cómo se interpretan, qué opciones ofrecen y qué limitaciones tienen.
La tecnología es una ayuda, no una excusa para bajar la guardia. El mejor patrón no es el que tiene más pantallas, sino el que sabe qué hacer si fallan.
Puedes hacer algún
seminario sobre APPs para la navegación de recreo.
8. Entender el tiempo y leer el cielo
Conocer la previsión meteorológica es básico. Pero también lo es aprender a mirar el cielo, el barómetro, la dirección del viento, el tipo de nubes. Hay señales claras que anuncian cambios de tiempo, y cuanto más navegas, mejor las identificas.
Apps como Windy o Windguru son útiles, pero la previsión no siempre acierta, sobre todo en zonas costeras. Si ves que el parte no encaja con lo que tienes delante, confía en lo que ves. Y si tienes dudas… mejor quedarse en puerto.
9. Aprender acompañado antes de lanzarse solo
Si es tu primera vez al mando, nada te va a ayudar más que navegar acompañado por alguien con experiencia. En una entrada difícil al puerto, en un día con niebla, en una decisión complicada, esa persona te puede guiar, apoyar y enseñar cosas que no salen en los libros.
Lanzarte solo no te hace más valiente, ni más patrón. Empezar acompañado te hace más sabio.
Curso para recordar lo aprendido en el título PER
El Club de Patrones de Cenáutica ha organizado unos cursos intensivos de 4 horas diseñados para ir directamente al grano. En estas sesiones repasarán de forma práctica y clara todos los conceptos esenciales que se enseñan en el
curso del PER (Patrón de Embarcaciones de Recreo), para que llegues completamente preparado a tus salidas este verano.
Ya sea que necesites refrescar conocimientos o consolidar lo aprendido, estos cursos te ayudarán a ganar confianza y seguridad en la navegación, abordando tanto la teoría fundamental como consejos prácticos que solo la experiencia puede ofrecer.
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