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La importancia de la forma física y psicológica para navegar

Ante la llagada del mal tiempo, el patrón y su tripulación tienen que estar al máximo de sus capacidades, tanto físicas como psíquicas. Muchas veces esto no es así. El mareo suele ser una de las consecuencias principales de estar en baja forma. La falta de sueño y una mala alimentación son otros motivos que contribuyen a la aparición de los síntomas del ya mencionado mareo.

Aunque la mayoría de las personas se acaba acostumbrando y adaptando, otros tantos pueden pasar varios días con esa sensación a bordo. Una persona mareada durante una travesía debe llevar arnés para evitar caídas al agua, sobre todo cuando va a vomitar. Tampoco puede quedarse sola en cubierta, pues el desánimo y la baja moral puede llevar, en los casos más extremos, a pensamientos de suicidio.

La forma de proceder más adecuada es bajar a los tripulantes con mareo al interior del barco, quitarles la ropa mojada, arroparles y darles una botella de agua, servilletas y un cubo, por si no cesan los vómitos. Los niños son menos propensos, mientras que las personas con buen oído y quienes practican mucho ejercicio, son los más sensibles al mareo.

Otro aspecto a tener en cuenta es que la indumentaria sea la apropiada en cada momento. No abrigarse cuando se permanece mucho tiempo en cubierta ante mal tiempo o llevar demasiada ropa con altas temperaturas, afecta y de manera muy directa al estado físico. Llevar ropa técnica ayudará a mitigar los efectos de la climatología. Cubrirse del sol es esencial, sobre todo en la época estival.

Una tripulación en buena forma física estará más preparada para aguantar las inclemencias meteorológicas. Y ¿cómo se consigue un buen estado físico?. Lo primero es que el cuerpo se encuentre en equilibrio consigo mismo, y para ello es necesario evitar el exceso de alcohol, de cafeína y de tabaco. Las dos primeras, combinadas, reducen las horas de sueño y en un barco es difícil conciliarlo.

A mucha gente le cuesta dormir a bordo, ya sea por el movimiento del barco, el ruido externo o los pensamientos que ronden nuestra cabeza. ¿A quién no le ha despertado alguna vez, después de estar dando vueltas en la litera, un aviso a negantes por el VHF justo cuando acababas de quedarte dormido?

Cuando las condiciones son duras hay que aprovechar el máximo de sueño posible. Es importante confiar en el resto de la tripulación cuando uno esta descansando. Asegurar la litera con bandas anti-caídas y usar sacos de dormir isotérmicos ayudará a conciliar el sueño de manera más rápida.

Dormir en cubierta no es lo mas aconsejable, es incómodo, si estas mareado puedes caer por la borda y el frío o el viento te pueden dificultar que te duermas rápido. Los cambios de humor son fruto de la somnolencia, además de los comportamientos intolerantes con el resto de compañeros, así como la reducción del tiempo de reacción, empeoramiento de la vista y de la capacidad de tomar decisiones.

Otra cuestión no menos importante es la alimentación. Un menú equilibrado con hidratos de carbono, proteínas, grasas, fibra, minerales y vitaminas es fundamental para mantener el buen estado físico. Elaborar un menú diario en el caso de las travesías, ayudará. Una comida caliente al día subirá la moral de la tripulación. La ingesta de fruta y verduras nos dará un extra de vitaminas. Algún dulce como el chocolate también ayuda a sentirse mejor.

Evitar las comidas muy grasientas que hagan la digestión pesada, así como estar en ayunas. Los líquidos también deben tenerse en cuenta. Beber mucha agua ayuda a evitar la deshidratación y el desgaste físico y mental. Un remedio casero para combatir la deshidratación de los tripulantes mareados es un suero a base de bicarbonato, azúcar, sal y limón.

Navegar no siempre resulta fácil y es necesario estar en forma. Resumiendo, para mantener un buen estado de forma físico y mental a bordo, es aconsejable seguir estos consejos:
  • Evitar excesos de alcohol, cafeína y tabaco.
  • Conciliar sueño.
  • No dormir en cubierta.
  • Indumentaria adecuada a las condiciones meteorológicas.
  • Confiar en el resto de la tripulación cuando se está durmiendo.
  • Elaborar un menú diario rico en carbohidratos y vitaminas.
  • Una comida caliente al día.
  • Hidratarse, no estar en ayunas ni abusar de comidas grasas.
  • Realizar ejercicios de respiración (meditación).
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