Ya tengo mi título de Patrón de Embarcaciones de Recreo. Para ello he tenido que superar un examen teórico, realizar dieciséis horas de prácticas básicas de navegación y seguridad y otras dos de radiocomunicaciones.
Aunque aprendí muchas cosas interesantes en las clases y en las prácticas, me pregunto si estoy suficientemente preparado para salir ya como patrón de una embarcación con mi familia y amigos o si debería esperar hasta adquirir más experiencia.
He pedido a un experto navegante su parecer y esto es lo que me ha aconsejado:
"Antes de comenzar a navegar con una barco, hay que conocerlo a fondo: situación de grifos de fondo, bocina, sistema de achique, etc., y familiarizarse con el. Cada barco es diferente y según la forma de su obra viva, obra muerta y superestructura tendrá tendencia a aproarse, a apoparse o a atravesarse al viento en las maniobras; necesitará más o menos espacio para detener su arrancada o para girar e invertir el rumbo. No es una mala idea salir a una zona de aguas tranquilas con un experto y probar maniobrando en torno a un boyarín, hasta hacernos con el barco.
Una vez nos sintamos seguros con el barco, llega la hora de ejercitarse en la navegación costera. ¿Como encontrar en tierra la cumbre del monte que hemos elegido en la carta para situarnos? Un experto nos ayudará a identificarla con el derrotero y con la carta. ¿Como acostumbrase a tomar una demora si la aguja no para de moverse; que valor debo tomar?. ¿En que orden tomaremos las lineas de posición para minimizar los errores?. ¿Como saber si la situación obtenida es fiable?. ¿No sería mejor conformarse con tener la certeza de que no estamos donde no debiéramos estar que pretender conocer nuestra situación?. Demasiadas interrogantes cuando con mantenernos por fuera del veril de los 20 metros tendríamos la seguridad de evitar ese bajo que estamos viendo en la carta.
Y ahora el capítulo nocturno. ¿Ha probado a localizar la luz verde de la bocana de entrada a puerto de noche?. Pruebe y verá que no es tan fácil. Localizar las luces con los prismáticos y distinguirlas entre otras de la costa requiere cierto oficio.
Por esas y otras muchas razones es aconsejable acompañarse de un experto antes de lanzarse a navegar solo, pero ¿donde está ese experto?. Este puede ser un amigo; un patrón profesional que se contrate por unas horas o por unos días, o inscribirse para los cursos prácticos, o para las travesías que organizan algunas escuelas náuticas. Así y después de haber pasado acompañado algún temporal, una navegación con niebla, algunas recaladas en un puerto desconocido se habrá adquirido la confianza suficiente para responsabilizarse de una barco y de su tripulación.