Con la ilusión de un niño en su primera visita a Disneyworld, Javier, patrón de recreo, que estrena su título náutico haciéndose cargo por primera vez del rol de patrón, decide que por fín este verano es el momento de emprender una travesía de una semana en su recién reestrenado barco de segunda mano. Destino: Ibiza, una semana para navegar por la isla y disfrutar así de unos días navegando con los amigos y viviendo aventuras a bordo.
Para ello, decide implicar a su pareja en el reclutamiento de la tripulación y al final embarcan en la aventura a otras dos parejas, amigos de toda la vida. A partir de este momento empiezan a construirse dos mundos de expectativas diferentes en la mente de los participantes en la travesía, las de Javier, el patrón, y las del resto de tripulantes.
Las expectativas del patrón
Javier comienza a planificar las rutas perfectamente en su recién instalado software de navegación electrónica. Ha previsto incluso una ruta con navegación nocturna y tiene programadas todas las guardias.
Lleva a cabo un riguroso estudio para poner a punto la embarcación, analiza la meteorología predominante en la zona durante la época en que realizarán la travesía, reserva amarre una noche en puerto y busca donde pasar la noche fondeado y se equipa con lo último en ropa técnica. Ha descubierto el foro de La Taberna del Puerto y se pasa horas en Internet participando en foros y chats de náutica del momento.
Las expectativas de la tripulación
El resto de tripulantes se imaginan a si mismos tomando el sol en la cubierta, disfrutando de un banquete a bordo, refrescándose con cervezas y mojitos en el chiringuito de paradisiacas calas y haciendo escala de puerto en puerto visitando los mejores mercadillos, tiendas, restaurantes y discotecas.
En sus cabezas, no está previsto tareas de maniobras, papeleos en puerto, revisar el aceite del motor, hacer guardia, cambiar la ruta si entra mucho viento en la cala que teníamos previsto pasar la noche, guardias nocturnas o baldear el barco.
Diez frases que no debes esperar de tu tripulación
Cualquiera que haya vivido una situación similar sabrá perfectamente lo que supone asumir la responsabilidad de ser el patrón. Para los que aún no se han estrenado, antes de frustrarse ante el poco reconocimiento a su labor de su tripulación, lo mejor es que lea las siguientes diez frases que nunca, jamás, deberían esperar de su tripulación:
- ¡Buen trabajo, patrón! Sin tu experiencia esto podría haber sido un desastre.
- ¿Puedo sujetarte la linterna y el paraguas mientras arreglas eso?
- No hace falta que naveguemos hasta allí. Puedes dejarnos en este puerto a las 4 am y ya cogeremos el ferry, taxi, camello o autobús para llegar a tiempo a nuestro vuelo.
- Toma una cerveza y relájate mientras yo me acerco a pagar el amarre.
- No pasa nada si llegamos más tarde, he reservado mis billetes con seguro de cancelación y cambio.
- Hemos baldeado la cubierta, pulido el latón, adujado los cabos y revisado el nivel del agua potable, ¿necesitas algo más antes de que vayamos a por la cena a tierra?
- No es necesario que compres velas nuevas, el problema es nuestra falta de pericia trimando las velas.
- ¿El motor se ha estropeado y no hay viento? ¡Bien! Estabamos deseando repetir la travesía nocturna.
- Parece que va a hacer frio esta noche en cubierta, ¿quieres que prepare chocolate caliente en un termo y algo de comer para las guardias?
- Acabo de hacer el inventario y creo voy a acercarme a tierra a por hielo y cerveza antes de que se nos agote.
¿Por qué ocurre esto?
Es normal, para aquellos que suben a bordo de un barco la primera vez, su expectativa se basa en "la parte bonita", lo que sale en los anuncios, el sol, el baño en aguas cristalinas, etc...
No es que el rol de patrón sea "un marrón". Todo lo contrario, pero conviene adiestrar mínimamente a la tripulación para que compartan las tareas y responsabilidades a bordo. No es buena idea querer darles todo hecho a tus acompañantes y no apercibirles de que un viaje en barco a veces es una aventura sujeta a imprevistos, mala mar y cambio de planes. ¡Y esos cambios son parte de la aventura!
Lo cierto es que a veces es dificil ponerse en el lugar del patrón y como al final, cuando navegamos estamos de vacaciones, es comprensible que la tripulación adopte un "modo vacacional" que haga que a veces esperen del patrón ya no solo la responsabilidad de la navegación, incluso las tareas de convivencia básicas.
Si tu, lector, eres un potencial tripulante, mima un poco a Javier, seguro que te lo agradecerá invitándote a navegar más veces. Y si vas a ser el patrón, recuerda, más vale generar unas expectativas realistas antes del viaje, si no quieres verte trabajando una semana para tus amigos.
Soluciones prácticas para adiestrar a tus tripulantes.
Para conseguir una tripulación que participe activamente ayudando al patrón, puedes seguir estas recomendaciones.
- Asignar responsables de cada tarea: compra de comida, cocina, bebidas, limpieza, etc...
- Ayúdales a familirazarse con el vocabulario náutico.
- Animarles a hacer algún curso de maniobras o vela antes de embarcar.
- Convence a alguno de los tripulantes de que se saquen el título de Patrón de Recreo.
- Elije un segundo/a de a bordo que tenga maneras de futuro patrón/a.
- Hazles partícipes de la preparación de la travesía en los días previos.
- Comparte contenidos con ellos sobre navegación para que entiendan que es un viaje en barco.
- Nada más embarcar, prepara una charla de seguridad y convivencia a bordo.
