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La navegación de recreo, todo un mar de posibilidades

Pescar, bucear, esquiar, competir, hacer turismo de puerto en puerto, o tomar un baño en las aguas transparentes de una cala, lejos de playas atestadas o contaminadas, son algunas de las posibilidades que le ofrece la navegación de recreo.

La navegación de recreo no tiene por que ser ni cara ni complicada: usted puede alquilar el último barco presentado en el último Salón náutico por menos de lo que piensa y además, cambiar de destino o de barco cada año. Para navegar, no es imprescindible comprar un barco. Hay muchas formulas para disfrutar de la navegación de recreo y tampoco se necesita un lujoso yate paras ello. Una pequeña embarcación remolcable que, en invierno, podemos guardar en un garage o en el jardin, nos puede proporcionar navegadas inolvidables.

Ver la costa desde la mar puede resultar un espectáculo fascinante: el paisaje cambia conforme el sol hace su camino y cuando este se pone tras el horizonte, es fácil alcanzar la plenitud y la calma.

Navegar es tal vez una de las formas más placenteras de estar inmersos en la naturaleza, y cuando tenemos solo el cielo y la mar a la vista, es cuando mejor se nos manifiesta su grandeza.

La vida a bordo proporciona ocasiones para reposadas charlas en cubierta, contemplando un aterdecer, imposible de mantener en tierra, o para perdernos en nuestros pensamientos.

Claro que, primero, hay que aprender. Para la navegación de recreo se necesitan conocimientos y habilidades que se complementan: la teoría, y la práctica que se adquiere navegando y con el tiempo, y que permitirá afrontar cualquier situación o emergencia, siguiendo los procedimientos adecuados. Obtener un título de Patrón tampoco es difícil: en un par de meses puede obtener su título de patrón.

Hay quienes gastan importantes sumas de dinero en adquirir un barco y se aventuran a salir a la mar sin los más elementales conocimientos, corriendo así riesgos innecesarios y poniendo en peligro sus vidas y la de los suyos. Y no solo eso sino que, al navegar sin título, pueden ser sancionados, perder la cobertura del seguro o ser obligados a regresar a puerto.

Conocer la mar requiere un poco de tiempo... pero el tiempo y dinero empleados en su formación son una buena inversión en su seguridad y en la de los suyos.

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