Un
motor fueraborda de segunda mano puede ser una inversión, siempre que esté en buenas condiciones. Son más maniobrables y fáciles de manejar que los motores intraborda y, además, puedes desmontarlo cuando no estés usando la embarcación,
razones por las que muchos los prefieren. Bien sea para utilizar tu lancha en tus ratos de ocio o para trabajar, es importante que sepas cómo identificar los posibles daños antes de comprar un motor usado.
¿Cómo escoger entre los motores fueraborda de segunda mano?
Existen motores de 2 o de 4 tiempos y, en ambos casos, debes comprobar que se conserven en buen estado. Los
motores fueraborda de 2 tiempos son preferibles para las embarcaciones pequeñas, puesto que aceleran de inmediato y resultan más económicos. Veamos
qué hay que comprobar antes de tomar una decisión.
El propietario debe darte ciertas garantías, ya que un defecto oculto que aparezca poco después de la compra podría obligarlo a
asumir el costo de la reparación. Por otra parte, es importante que se hayan realizado
los mantenimientos requeridos, que prolongan la vida del motor.
Cada
100 horas o 6 meses de uso se habrán cambiado las bujías, el filtro del combustible y el aceite. Esta revisión incluye el líquido de la dirección y la compensación hidráulica, el cierre de la carcasa del motor, el anclaje y el cable de control.
La primera impresión al examinar el
motor fueraborda de segunda mano es determinante, y debes hacerla con buena luz y de manera tal que puedas realizarla con comodidad. Es muy recomendable
emplear un soporte donde puedas fijarlo de forma estable.
Si parece
viejo y maltratado, probablemente no sea la mejor idea comprarlo. En la inspección inicial, revisa la tapa, que tenga las gomas fijas y en buenas condiciones
para el cierre estanco. Las piezas móviles deben estar lubricadas o, de lo contrario, presentarán corrosión.
Si se ve demasiado nuevo, es posible que haya sido pintado y el propietario podrá aclararte esta duda. Pregunta también qué ha pasado si
observas signos de reparaciones, como grietas o masilla.
El
libro de revisiones periódicas es una buena fuente de información. Léelo para asegurarte de cuáles son las reparaciones que se han hecho, que deben tener el sello del taller. Otro dato importante son las
facturas de las reparaciones, que deben coincidir con lo asentado en el libro.
Los motores pequeños vienen equipados con uno o
varios depósitos auxiliares de combustible, los conectores, un tubo y su pera. Deben notarse blandos y flexibles, sin señales de óxido, pues de lo contrario deberán ser cambiados.