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Cinco mujeres que superaron el cáncer finalizan el reto de cruzar el Atlántico

Carmen, Patricia, Marian, Susana y Yolanda ya han logrado cumplir el reto: el miércoles 30 de diciembre han llegado a Martinica pasadas las 14,00, hora española, cinco menos en la isla caribeña.

Las cinco tripulantes, que forman parte del Reto Pelayo Vida, han cumplido el reto de cruzar el océano, travesía para la cual Cenáutica participó en la formación previa de estas cinco valientes tripulantes.

Este ha sido un viaje que las ha tenido 14 días y 14 noches seguidas en alta mar. Han recorrido cerca de 5.000 kilómetros en velero, desde que salieron el pasado 16 de noviembre de Tenerife, hasta el puerto de Le Marin, en la costa sur de la isla.

Se quedarán en Martinica recobrando fuerzas hasta el próximo domingo, 4 de diciembre. La llegada a Madrid está prevista el lunes día 5 al aeropuerto de Madrid Barajas y serán recibidas por familiares y amigos.

No ha sido un viaje de placer ni mucho menos, se han tenido que enfrentar hasta el final a grandes desafíos como olas gigantes, tormentas incesantes, roturas de bombas, velas rajadas, frío, viento constante y sobre todo, se han tenido que enfrentar a ellas mismas.

A sus miedos, a la soledad de la noche, a la inmensidad del mar, al aislamiento de tus seres queridos, a dejar atrás tus miedos y tus alegrías, a perseguir sus sueños, han aprendido a ser fuertes, valientes y han demostrado, una vez más, lo luchadoras que son.

Aseguran que nunca han sentido miedo y siempre han estado con el ánimo arriba. “Los ánimos han ido muy bien, eso no ha decaído nunca. Ni siquiera en Almería o Granada que fueron las peores etapas del viaje, las que preferiríamos borrar”, comenta Eric Frattini, responsable de comunicación de la expedición.

Otra gran anécdota del viaje fue la visita del Rey Neptuno, una antigua tradición marinera que se realiza cuando se pasa la línea del ecuador. Ellos lo hicieron al recorrer el 50% de su travesía y Diego Fructuoso, el director de la travesía, se disfrazó y les hizo unas novatadas a las cinco chicas donde les hizo probar “la sangre del mar” (tomate) y “la sal del mar” (azúcar) y las embadurnaron para “bautizarlas”.

Fructuoso asegura que las chicas han seguido “rigurosamente sus turnos haga frío o lluvia” y que se ha sentido muy “contento aunque la travesía ha sido muy dura”.
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