Origen de las rayas marineras
El 27 de marzo de 1858, pocos meses
antes de la instauración del Segundo Imperio francés de Napoleón III Bonaparte, el Boletín Oficial de la Armada de la Armada Francesa estableció que el
uniforme oficial de los marineros franceses debía estar formado por:
- Un pantalón de pata ancha
- Una camisa blanca de cuello azul
- Un abrigo corto de lana
- Un jersey de rayas azules y blancas de algodón tricotado, perfecto para protegerse del viento y el agua, sin botones ni cordones que pudieran engancharse durante las maniobras.
Para ser exactos, 21 franjas blancas de 20 mm de grosor y 21 franjas azules de 10 mm de grosor, según la leyenda, una por cada victoria de Napoleón sobre los ingleses, aunque parece que la razón real era facilitar la visibilidad de los marineros caídos al mar.
Referentes que pusieron de moda las rayas marineras
Las primeras marinières se confeccionaron tanto en los
talleres de la armada como por compañías textiles como Armor Lux, Orcival o Saint-James, ubicada en el pueblo del mismo nombre situado en la frontera entre la Bretaña y la Normandía.
En la propia Normandía, pero unos 170 kilómetros al norte,
Coco Chanel abrió en 1913 su
segunda boutique (la primera había sido en París), y entre sus sombreros, abrigos y chaquetas,
incorporó la marinière a su catálogo, utilizándola ella misma siempre que tenía ocasión.
Siguiendo la tendencia marcada por Chanel, el jersey bicolor pasó de asociarse a los rudos marineros y pescadores bretones a ser una prenda utilizada por estrellas del cine como John Wayne o Brigitte Bardot, cantantes famosos como Elvis Presley o grandes figuras del arte como Pablo Picasso.
En 1966 la marinière
llegó a la Alta Costura gracias a
Yves Saint Laurent y su colección “Matelot” (Marinero) y en 1983 al prêt-à-porter con la colección “Boy Toy” de
Jean Paul Gaultier.
Moda que continúa hasta nuestros días
Y de esta manera, ha llegado
hasta hoy esta ya clásica prenda, reinventándose cada temporada y ocupando un espacio en nuestro corazón y nuestro armario veraniego, haciéndonos herederos de una tradición que comenzó en la Armada Francesa hace ya más de 150 años.
