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Las diez cualidades del tripulante ideal

Una de las claves para poder disfrutar de nuestra salidas y travesías es contar con una buena tripulación a bordo. La navegación puede ser una experiencia maravillosa o insufrible dependiendo de la elección que hagamos de nuestros compañeros a bordo, por ello antes de invitar a navegar al primero que pase por delante, por el bien del patrón y del propio tripulante no estaría de mas comprobar o inculcar a nuestro invitado si cumple con lo siguiente:

Convivencia a bordo:

Una embarcación es un espacio reducido en el que la convivencia a bordo debe basarse en el respeto y la cortesía. Hay pocos lugares peores para estar a disgusto con otra persona que una embarcación, ya que no podremos perderlo de vista hasta llegar a puerto.

Iniciativa y disposición para ayudar:

Siempre viene bien una ayuda en las maniobras en puerto, fondeo, gobierno de la embarcación y muchas otras tareas durante la navegación. Un tripulante dispuesto a ayudarnos en ello hará nuestra travesía mas agradable.

Responsabilidad y seguridad:

No hay nada peor que un "valiente" a bordo que se dedique a poner en riesgo su seguridad y la del resto de la tripulación incumpliendo las mínimas medidas de seguridad que todo patrón debe instruir a su tripulación.

Motivación por aprender:

Nada mejor que un tripulante ávido de conocimiento al que transmitirle nuestra experiencia para que con el tiempo pueda acompañarnos en nuestras salidas y sustituirnos "al mando" cuando queramos descansar.

No sin el permiso del patrón.

El tripulante ideal nunca actúa sin el permiso del patrón. ¿A quién no le ha pasado alguna vez que se le ha tirado un tripulante a dar un baño en plena maniobra de fondeo?

Uso de la radio en caso de emergencia.

Nunca está de mas que alguién mas sepa usar la radio para que en caso de incapacidad del patrón, otra persona pueda contactar con la costera. En dos horas puede hacer una práctica de radio en un simulador en una escuela homologada, aunque no vaya a obtener una titulación náutica, sabrá usar la radio en caso de necesidad.

Participación en las tareas a bordo

Además de las tareas propias de la navegación, nadie debe estar exento de las tareas de limpieza, preparación de comidas, orden a bordo, etc...

El reloj, mejor dejarlo en tierra.

En el mar se sabe cuando salimos, pero no cuando llegamos. El buen tripulante disfruta de la travesía y nunca hace planes en tierra fijando una hora de llegada.

Si no puedes ayudar, no molestes.

Si no nos atravemos a ayudar o no sabemos hacer lo que nos han pedido, lo mejor es decirlo y situarnos donde no estorbemos.

Eso no se toca

Los barcos pueden tener muchos aparatos, interruptores, botones, grifos, portillos. Mejor no tocar sin preguntar.
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