La Ruta de la Sal es uno de los eventos náuticos más importantes del año, siendo la regata de altura con mayor participación en el Mediterráneo. Coincide en fechas con Semana Santa y cada año convoca a más de 2000 regatistas y 300 embarcaciones. Pero, ¿cómo empezó todo?:
En mayo de 1846, el ejército carlista impuso durante “La Revolta dels Mariners” un bloqueo a Barcelona, provocado así una gran escasez de sal en toda la ciudad. Fue entonces cuando un hombre de negocios barcelonés convoco a los navegantes más famosos del momento y les propuso un desafío: deberían transportar sal desde las Salinas Pitiüses (Ibiza) hasta el Garraf (Barcelona), pero estos serían recompensados por orden de llegada, los primeros cobrarían en oro mientras que los últimos puede que ni cobrasen.
Fueron trece embarcaciones las que aceptaron el desafío, siendo la goleta “Halcón Maltés” la primera en llegar, seguido del jabeque “Jerba” y del bergantín “Arrogante”.
En 1989, la Asociación de Navegantes de Altura Mediterráneos (ANAM) puso en marcha la primera edición de la regata “La Ruta de Sal” desde Port Ginesta (Barcelona) hasta el puerto Sant Antoni de Portmany (Ibiza). La ruta Norte o Tradicional cuenta con 140 millas de navegación.
En 1991 se creó la versión Este de la regata, con la salida del Club Náutico de Denia (Alicante), con una extensión de 120 millas náuticas.
Mucho más reciente ha sido la incorporación de una tercera ruta. En el año 2017 se realizó la primera edición con la ruta Oeste, que sale desde Port Andrax (Mallorca), con un recorrido de 103 millas.
Desde sus inicios esta regata ha ido creciendo exponencialmente, y no hay duda de que seguirá creciendo en popularidad y participación. Y quien sabe, puede que incluso lleguemos a ver una versión Sur de la Ruta de la Sal.
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