El Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua define “piratería” como: “robo, presa o destrucción de los bienes de otro que hace el pirata”; y “pirata”, “el ladrón que anda robando por el mar”. De esta manera se refiere a los actos ilícitos de violencia en el mar.
Agencias como Interpol, nos informa que en los últimos años han aumentado significativamente los ataques piratas contra barcos, en particular en el Golfo de Adén, la cuenca de Somalia y el Océano Índico. Resulta difícil prevenir este tipo de ataques ya que afecta a amplias zonas marítimas.
La piratería en el mar afecta a las principales rutas de navegación poniendo en peligro las vidas de los marineros, marinos mercantes y de navegantes de recreo provenientes de todas los lugares del mundo, muchos de los cuales sufren secuestros cada año.
Los piratas exigen rescates, que presumiblemente se reparten entre ellos mismos, sus jefes y las personas que financian estas operaciones. Los piratas suelen usar pequeñas embarcaciones para aproximarse a los buques. Estas embarcaciones pueden ser, desde pequeños barcos fueraborda a potentes lanchas equipados con varios motores. Si los piratas logran subir a bordo, robaran todo lo que encuentren como son los equipos electrónicos del barco, herramientas, material de cabuyería, auxiliares, etc... Si además logran acceder a los camarotes, también se llevarán cualquier pertenencia de valor que la tripulación posea a bordo.
Los atacantes estarán armados con cuchillos y otras armas de filo, además de armas de fuego, que suelen ser utilizadas para intimidar y que no dudarán en usar si fuera necesario. Debido a esto, cada día crece este tipo de violencia y por lo tanto aumenta la gente muerta o gravemente herida.
Si tu intención es dar la vuelta al mundo, o piensas viajar a algún lugar exótico y navegar por sus aguas, antes de embarcarte debes informarte muy bien si la zona en donde pretendes hacerlo está libre de piratería. La forma de proceder de los piratas varía en función de la zona:
- Asia: Los barcos navegan muy cercanos a tierra y son abordados en la oscuridad de la noche, normalmente desde lanchas rápidas, llevándose con ellos dinero y objetos de valor tanto del barco como de la tripulación con la mínima fuerza o violencia posible.
- África Occidental y la sudamericana: En este tipo de ataque los buques se encuentran fondeados o abarloados. Los piratas que los abordan llevan armas de fuego y los ataques tienen un nivel de violencia superior al de la piratería asiática. El botín suele consistir en dinero, efectos personales, la mercancía que se transporta y los equipos de navegación de los que el buque esté dotado y que se puedan mover o desmontar con facilidad.
- Sureste Asiático: Los ataques en esa zona están asociados a actos violentos así como el secuestro de buques en condiciones de navegación. Sometiendo a la tripulación con armas y robando toda la carga que transporta el buque. En ocasiones hay víctimas mortales y en otras la tripulación es finalmente dejada en libertad en su buque una vez los piratas se han hecho con la mercancía. En estos casos la posibilidad de recibir ayuda de tierra es remota.
- Sur de la China y el lejano Oriente: Se caracteriza por el secuestro del buque en si. La tripulación es abandonada a la deriva en un bote salvavidas o bien asesinada.
Además del secuestro del buque y del robo de la carga, “el objetivo principal de los atacantes parece ser la obtención del dinero en efectivo y las pertenencias de la tripulación. El Comité de Protección Marítima de la OMI ha adoptado diferentes medidas y recomendaciones:
- Evitar llevar a bordo grandes cantidades de dinero en efectivo: Uno de los motivos principales de llevar dinero en efectivo es para el mantenimiento del buque y las necesidades de la tripulación. Ese dinero es evidentemente un aliciente para los atacantes, quienes intimidarán al patrón o a los miembros de la tripulación hasta que éstos revelen su ubicación.
- Discreción en las comunicaciones: Los capitanes deberán tener presente la posibilidad de que los atacantes intercepten las comunicaciones buque-tierra y se sirvan de la información obtenida para elegir sus objetivos.
Por consiguiente, en zonas donde se hayan registrado ataques, deberá procederse con cautela cuando se transmita información por radio. - Discreción de la tripulación: Se recomendará a los tripulantes que desembarquen en puertos de zonas afectadas, que no hablen del viaje del barco con personas que no tengan relación con las actividades del buque.
- Mejor equipo de vigilancia y detección: Los propietarios de buques harían bien en considerar la posibilidad de mejorar las guardias de seguridad, cuando sus buques estén navegando o anclados en aguas de puertos donde se producen ataques, y de proporcionar un equipo de vigilancia y detección adecuado para ayudar a sus tripulantes y proteger sus buques.
Cada vez más navegantes, deciden ir armados con rifles o pistolas para defenderse de posibles amenazas. No todos los países autorizan portar armas a bordo de un barco, ni tampoco está entre las recomendaciones del Comité de Protección Marítima de la OMI. Equiparse con armas no garantiza salir con éxito ante un posible ataque pirata, siendo la mejor prevención una buena planificación, informándose de las zonas donde suelen operar estas organizaciones y su “modos operandi”.