La serie más premiada del año
La serie Shogun de FX, estrenada este año, y que puede verse en la plataforma de
Disney+, ha sido la revelación de la temporada. Es una nueva adaptación de la novela de James Clavell ambientada en el Japón del siglo XVII. La serie se ha destacado por la fidelidad histórica, por la complejidad de sus personajes, así como por su rica ambientación y su gusto por el detalle.
En cuanto a premios, Shogun arrasó en los recientes Emmy, llevándose 18 galardones, lo que incluyó los premios a Mejor Serie Dramática, Mejor Actor y Mejor Actriz Además, recibió reconocimiento en los Creative Arts Emmys por logros técnicos como vestuario, maquillaje y efectos visuales.
Podrá gustarnos o no, resultarnos más o menos entretenida, pero lo cierto es que la serie no solo destaca por su tratamiento de la cultura japonesa; sino, además, por algo que no se ha comentado en las reseñas periodísticas: su profundo conocimiento de la cultura marítima y de las técnicas de navegación. Las del siglo XVI, claro, pero aplicables a cualquier momento de la Historia de la Humanidad en la que los hombres se hayan lazado a la procelosa aventura de surcar los mares.
La trama de Shogun
A grandes rasgos, la serie trata de un navegante inglés que naufraga en las costas de Japón, en el año 1600; una nación que ha estado cerrada al mundo exterior y que Portugal desea que siga siendo así para sustraerla de la codicia de las potencias marítimas de la época.
Los portugueses fueron los primeros en establecerse en el país nipón y mantener relaciones diplomáticas firmes mediante alianzas con los señores feudales a los que suministraban armas de fuego, lujos europeos y una nueva religión e ideología: el catolicismo contrarreformista. Los jesuitas portugueses serán los encargados de mantener el acceso a Japón cerrado al resto de potencias tras siete candados. En la serie el papel de los navegantes protestantes será el de de abrirlos.
La trama de Shogun
El mar en Shogun
En cuanto a los temas navales, que es lo que aquí nos interesa; ya en la primera escena se ve a un barco holandés, el Erasmus, derivando en la niebla y al protagonista, un piloto ingles, usando el escandallo para comprobar las sondas y la naturaleza del fondo. Una vez sacada la arena pegada al sebo de la oquedad del peso con el dedo, el marino acude a su capitán y le asegura que ha encontrado un fondeadero de diez brazas. Al parecer el infortunado barco consiguió pasar el Estrecho de Magallanes gracias un derrotero robado a unos españoles. Más tarde, el barco varado en una bahía es tomado por unos samurais que saca a la miserable tripulación del barco para hacerla prisionera mediante una ingeniosa técnica que habrá que ver la serie para saberla.
En el primer capítulo, el protagonista conoce a Rodriguez un piloto español al servicio de los portugueses, un marino de desacomplejada y procaz expresividad, que pone a prueba al prisionero preguntándole por las coordenadas de un punto de recalada. Satisfecho con los conocimientos de navegación del prisionero inglés, le acompaña a Osaka embarcado en un velero de combate japonés 'atakebune' propulsado por remos verticales; una peculiar disposición, muy distinta de los remos extendidos desde las bandas típicos de nuestros barcos desde antes de los trirremes fenicios.
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De camino a Osaka el protagonista advierte al piloto español de una cercana tormenta tras ver el aspecto del cielo. Este ésta de acuerdo y le cede la caña del timón a la vez que le advierte de que los japoneses solo se sienten cómodos en navegaciones de cabotaje, a la vista de la costa, dando a entender que sus habilidades marineras no son tan amplias como las de los españoles e ingleses. La tormenta pone a prueba el pilotaje de ambos marinos pero, tras confesar que no sabe nadar, Rodríguez se va por la borda en un golpe de mar. Para darle alguna opción de sobrevivir, el protagonista le lanza un tarugo de madera con el que asegurar su flotabilidad.
Una vez fondeado el barco, el protagonista sale a buscar con una partida al náufrago desde la costa escarpada y lo encuentra sin sentido, subido en una roca, y a merced de las olas. El samurai jefe del poblado donde apareció el Erasmus baja mediante una estacha a sacarlo de allí pero cuando lo está recuperando resbala al mar bravío desde donde no hay posibilidad de auparse al acantilado. La próxima vez que estemos en una costa escarpada, seguro que nos hará recordar los peligros de andar por las traicioneras rocas que baten las olas.
Epílogo
Todo esto solo en el primer episodio. Hay muchas más escenas escenas en la serie dignas de ver apara los amantes de la navegación como por ejemplo una emocionante regata a muerte, de noche para más inri, en la que dos veleros pujan para salir libres de una bahía hacia mar abierto sorteando unos arrecifes que limitaban la punta. O la técnica de reflotamiento de un galeón, aunque para llevarla a cabo se necesite a todo un poblado japonés trabajando a una. En cualquier caso Shogun es una buenísima serie de la que como aficionados al mar podremos sacar muchas enseñanzas y, por tanto, la recomiendo con mucho gusto.
