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¿Qué equipaje debería llevar un marinero para un embarque?

La preparación del equipaje es una tarea que puede parecer baladí, pero se trata de algo fundamental en cualquier embarque. En el proceso de elección de la ropa, el calzado y el resto de equipamiento personal deben tenerse en cuenta factores como la seguridad, la eficiencia y la organización a bordo, ya que el espacio es reducido y requiere establecer una serie de prioridades según el embarque.

En este artículo se analizan los elementos esenciales que deben formar parte del equipaje de un marinero o marinera, desde la bolsa o maleta más adecuada hasta la ropa, calzado y equipo personal necesario para la vida a bordo. También se abordan aspectos relacionados con la documentación y las titulaciones profesionales, la organización de los objetos dentro del barco y la importancia de la preparación formativa para desenvolverse en entornos náuticos nacionales e internacionales.
Tabla de contenidos
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  • Tipo de embarque y duración: el punto de partida
  • Bolsa o maleta ideal para embarcar
  • Ropa y calzado: funcionalidad y adaptación al entorno marítimo
  • Equipamiento personal, documentación y titulaciones necesarias
  • Organización y consejos prácticos a bordo
  • Preparación profesional: el mejor equipaje para la carrera marítima

Tipo de embarque y duración: el punto de partida

Lógicamente, la preparación del equipaje varía dependiendo de las particularidades del embarque. No es lo mismo afrontar una travesía oceánica de varios días en alta mar que una típica navegación semanal en verano por Baleares.

En las navegaciones largas, el espacio y las condiciones a bordo requieren una selección cuidadosa y funcional del equipaje, priorizando la resistencia de las prendas y la utilidad de cada objeto. Por el contrario, las travesías cortas suelen permitir mayor flexibilidad con el equipaje que se puede llevar, ya que existe más margen de maniobra.

Asimismo, las clásicas navegaciones de chárter (una semana en Ibiza en verano, por ejemplo) permiten una equipación más ligera, adaptada a las temperaturas cálidas y a la convivencia en espacios reducidos, mientras que para un embarque en buques profesionales o en navegación de altura es imprescindible prever cambios de clima, guardias nocturnas y condiciones de trabajo exigentes, lo que requiere de una equipación más variada.

Bolsa o maleta ideal para embarcar

Como ya sabrán quienes tengan experiencia en las navegaciones de recreo, el equipaje debe alistarse en una bolsa blanda, tipo deportiva, que permita un fácil encaje a bordo y no suponga un problema de espacio. Las maletas clásicas de viaje son demasiado rígidas y no pueden ser plegadas, por lo que se encuentran vetadas en la mayoría de embarcaciones.

Un aspecto que resulta fundamental es que el material de la bolsa sea impermeable, para poder proteger el contenido de la misma frente al agua y la humedad. En el mar, todas las personas y objetos se encuentran expuestas a ser salpicadas por el agua, por lo que conviene tener en cuenta este apartado. También es aconsejable que la bolsa disponga de cremalleras y asas resistentes, que no se rompan con facilidad y que contribuyan a asegurar su contenido.

Por supuesto, también es importante prestar atención a cómo está organizado el equipaje dentro de la bolsa. Suele recomendarse distribuir el contenido en compartimentos o bolsas interiores más pequeñas, que faciliten el orden.

Ropa y calzado: funcionalidad y adaptación al entorno marítimo

A la hora de embarcar, es básico tener en cuenta una prioridad: la ropa debe ser funcional y adaptada al entorno marítimo. A bordo no importa tanto la estética como tener prendas impermeables, de secado rápido, lo más ligeras posible y, en caso de navegación en climas fríos o de noche, también que abriguen lo suficiente.

La cantidad de la ropa que se aliste en el equipaje debe ser razonable, sin pecar de escasez para prevenir roturas o demoras en el secado, pero sin resultar en exceso abundante, ya que el espacio a bordo es limitado. En temporadas cálidas deben prevalecer las prendas ligeras y transpirables, sin olvidar una chaqueta o sudadera por si acaso. En épocas frías, es imprescindible llevar ropa térmica que conserve la temperatura corporal, sin olvidar la protección para la parte superior del cuerpo (gorro, braga...).

Respecto al calzado, es obligatorio que sea antideslizante para garantizar la seguridad en cubierta. Los náuticos de suela blanca son la recomendación estándar en este sentido. Para días de lluvia es aconsejable equipar unas botas de goma, ya que aportarán mayor estabilidad frente al suelo mojado.

Equipamiento personal, documentación y titulaciones necesarias

El limitado espacio a bordo no permite llevar un amplio equipaje personal, de manera que es esencial seleccionar con cuidado el contenido para que prevalezcan los objetos de mayor utilidad frente a los que proporcionen un beneficio más baldío.

El primer paso es alistar lo relacionado con la protección y la salud: guantes, gafas de sol, crema solar y un pequeño botiquín (que incluya la medicación en caso de estar tomando alguna). También es interesante llevar una batería portátil, linterna y adaptadores eléctricos. Tras ello, será necesario buscar hueco para la documentación personal: pasaporte, certificados médicos vigentes, contrato de embarque y, en su caso, titulaciones profesionales. Algunos de estos documentos suelen estar disponibles en formato digital, pero a bordo siempre conviene llevar una copia en papel por si acaso, siempre protegida en alguna bolsa para prevenir que se moje o se dañe.

Finalmente, en caso de quedar espacio libre en la maleta, puede resultar interesante llevar algo que proporcione entretenimiento en los (escasos) ratos libres a bordo: un libro, auriculares para escuchar música, etc. Cuidar la mente y el alma es, en muchas ocasiones, tan importante como garantizar la salud física.

Organización y consejos prácticos a bordo

Todo lo anterior sirve de poco en caso de que el orden establecido al hacer el equipaje se rompa cuando empieza la navegación. Mantener la capacidad organizativa a bordo es básico no solo para una mayor eficacia individual, sino también, y más importante, por respeto al resto de la tripulación.

Algunos consejos esenciales al respecto son:
  • Disponer de métodos que permitan separar la ropa limpia de la sucia.
  • Planificar los turnos de colada y secado de la ropa.
  • Colocar los objetos personales en el lugar debido después de cada uso.
  • Etiquetar con nombre y apellido toda la ropa y objetos personales.
  • Distribuir adecuadamente el peso para no afectar a la estabilidad.

Preparación profesional: el mejor equipaje para la carrera marítima

Más allá de la ropa o el material personal, el verdadero equipaje del marinero es su preparación. La vida a bordo exige conocimientos técnicos, capacidad de adaptación y una formación sólida que garantice la seguridad y el desempeño eficiente de cada tarea. Contar con las titulaciones adecuadas no solo abre la puerta a embarques en buques nacionales e internacionales, sino que también representa una ventaja competitiva dentro del sector marítimo.

En España, los cursos profesionales STCW necesarios para desempeñar una profesión en el mar se encuentran homologados por la Dirección General de la Marina Mercante. Los certificados y títulos obtenidos tienen reconocimiento internacional y resultan obligatorios para ejercer determinadas profesiones a bordo.
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