Antes de embarcar e iniciar la travesía para cruzar el Atlántico rumbo al Continente Americano, debes centrarte en la preparación y planificación del viaje.
Es importante conocer la ruta, tener conocimientos suficientes de metereología y sobre todo, estar preparado para asumir el reto.
Comienzo de la travesía
La mayoría inicia su viajes desde las Islas Canarias hasta el Caribe y lo cierto es que, navegar al Oeste a través del Atlántico, es posible gracias a los ya conocidos
vientos alisios (el viento que ejerce como fuerza impulsora se produce gracias al aire que se desplaza en el sentido de las agujas del reloj).
Evitando no acercarse demasiado al
anticiclón de las Azores, ya que
nos podría dejar sin ese viento tan necesario. Es importante tener conocimiento de los pronósticos meteorológicos y gracias a los sistemas de comunicaciones actuales, es fácil tener acceso a los cambios de tiempo y poder elegir una táctica a seguir (aunque es cierto que la realidad muchas veces es distinta y el tiempo suele cambiar sin avisar).
Por lo tanto, dependiendo de dónde se encuentre el anticiclón de las Azores y las bajas presiones en el continente Africano, tendremos vientos más o menos fuertes. Elegir la ruta directa al comienzo del viaje donde podamos aprovechar el viento de la manera más óptima sería lo ideal.
Dirigirse al oeste nos da la ventaja de navegar con el viento esperado y conforme avanzamos, comenzaremos con un viento más al norte que irá rolando al este (tenemos que tener cuidado con las zonas de aceleración y las zonas de calma).
Desde las Islas Canarias se extienden las zonas de calma y lo aconsejable es navegar al sur al menos 100 millas. Lo más recomendable es zarpar por la tarde desde Tenerife al sur, ya que es cuando podemos aprovechar las ganancias de viento.
La importancia de disfrutar del viaje
La ruta tradicional bajando de las Islas Canarias a Cabo Verde es la más transitada, para luego continuar rumbo al oeste.
Muchas son las razones, pero principalmente podemos presentar las siguientes:
- Es la ruta más transitada y el promedio de tiempo empleado es muy bueno.
- Siguiendo dicha ruta nos alejamos del oleaje provocado por las tormentas que tienen lugar en el Atlántico Norte.
- Los vientos alisios son constantes y la navegación es más placentera, por lo que para tripulaciones poco experimentadas es la mejor opción.
Dicha travesía es un viaje largo (aproximadamente de unos 23 días), por lo tanto es conveniente ser un navegante con cierta experiencia y en
Cenáutica podrás encontrar diferentes cursos teóricos y prácticos que aportan los conocimientos necesarios para realizar travesías de este tipo y muchas otras más.
Un buen programa de enrutamiento meteorológico, que se actualice constantemente y nos permita tomar decisiones anticipada,s es lo más aconsejable para disfrutar de una experiencia que seguro será inolvidable.