Una de las lecciones más repetidas en las
escuelas náuticas de recreo es clara: nunca salgas a navegar solo. Sin embargo, en esta ocasión –y sin que sirva de precedente– vamos a romper esa regla para ofrecerte una breve guía destinada a quienes, a pesar de la recomendación, sienten la llamada de hacerse a la mar en solitario.
Configuración y manejo de la embarcación
Navegar en solitario puede parecer abrumador al principio, pero con la preparación y organización adecuadas, esa sensación de incertidumbre desaparece. La verdadera magia de esta experiencia radica en la conexión con el mar, una vivencia única al alcance de cualquiera que disponga de un barco en buen estado y el deseo de aventurarse.
Este tipo de navegación, ya sea recreativa o de competición, exige un cambio de mentalidad: el navegante debe asumir todos los roles a bordo, convirtiéndose en su propio timonel, tripulación y estratega. Es un desafío, pero también una oportunidad para descubrir la autonomía, la destreza y la satisfacción de dominar cada aspecto del viaje.
Una vez tomada la decisión de salir al mar sin compañía, el primer paso es asegurarse de que la embarcación sea fácil de manejar en solitario.
Recuerda que tendrás que asumir todas las funciones: capitán, marinero, operador de radio e incluso cocinero. Por ello, es fundamental simplificar cada tarea para que la navegación sea lo más eficiente posible.
Una excelente manera de evaluar tu punto de partida es hacer una salida de prueba en condiciones tranquilas. Navega como si estuvieras en una regata o un crucero, izando velas, ciñendo, haciendo viradas… El objetivo es identificar posibles dificultades antes de que se conviertan en problemas reales.
- ¿Puedes arrizar la vela principal sin ayuda?
- ¿Controlar el spinnaker en solitario resulta demasiado complejo?
- ¿Eres capaz de moverte con facilidad por la embarcación sin soltar el timón?
Si nunca has navegado con una tripulación reducida, la primera salida será un caos, y eso es completamente normal. Algo tan básico como no poder mantener el rumbo deseado puede convertirse en un obstáculo serio. Por eso, es clave analizar cada maniobra y encontrar soluciones que te faciliten la vida a bordo.
Los ajustes pueden ser tan simples como reorganizar un par de drizas o tan avanzados como implementar un sistema de rizos optimizado. El objetivo es convertir el barco en un aliado para la navegación en solitario. Para ello, contar con el asesoramiento de un patrón profesional puede marcar la diferencia, ayudándote a identificar problemas y a configurar la embarcación de la manera más eficiente.
Sistemas electrónicos para la embarcación
Cada día, los fabricantes de equipos, ofrecen más productos a precios reducidos basados en la eficacia de los prototipos utilizados en las categorías más altas.
Una vela mayor que se pueda enrollar, o quillas de doble cara, son ejemplos de cómo el desarrollo de las tecnologías de navegación en solitario se ha convertido en algo habitual. También están ahora disponibles, para todo el mundo,
sistemas de piloto automático más resistentes y fiables.
Piensa en la experiencia que estás buscando, así como en tu presupuesto y, haz una lista de prioridades del equipo que necesitas. De nuevo, consúltalo con un profesional, será quien mejor te aconseje y, tendrá acceso a gente del sector que pueda ayudarte a conseguir exactamente lo que necesitas.
Seguridad y comunicación en la navegación
Navegar sin tripulación da lugar a reflexionar acerca de los serios problemas a tener en cuenta a la hora de viajar en solitario. Siempre hay un mayor riesgo con menos manos de lo normal a bordo si se trata de un viaje de fin de semana o de una travesía en solitario.
Las cinchas siempre deben estar en su sitio, sin importar el tiempo que haga y el consejo "una mano para ti, otra para el barco" debe seguirse al pie de la letra.
Es importante asegurarse de tener un
chaleco salvavidas apropiado para posibles circunstancias y acontecimientos que puedan darse. Esto supone invertir en diferentes tipos de chaleco, pensados para distintas circunstancias meteorológicas. Hay pros y contras en cuanto al diseño de estos con que, investiga por tu cuenta y consulta con un especialista cuáles son los mejores para ti.
También deberás tener un
plan de comunicaciones y compartirlo con una persona de confianza que esté en tierra. El
plan de navegación debe incluir dónde planeas navegar y el tiempo estimado de la travesía.
Además de lo ya mencionado, un plan de comunicación y el registro de entrada, deberás tener un
plan de contingencia en caso de que falle el registro.
Si piensas alejarte mucho de la costa, los
teléfonos Wi-Fi y vía satélite, aunque caros, son métodos fiables.