¿Qué hay que tener en cuenta a la hora de remolcar un barco?

Cuando una embarcación zarpa de puerto a navegar en aguas abiertas, existen diversos riesgos que podrían ocasionar que acabemos a la deriva. Con todo, hay ciertos factores externos que no dependen de uno mismo y por los cuales uno pude llegar a quedarse tirado literalmente en medio del mar, estropeando una placentera jornada de navegación.

Una avería en el motor o en el sistema de gobierno de la embarcación puede propiciar que se quede al garete, viéndose en la necesidad de pedir ayuda para salir de este embrollo. Por ello, conocer cómo se debe remolcar un barco y la situación legal a la que habrá que hacer frente más tarde, se antoja de extrema necesidad.

El coste de remolcar un barco

Lo primero que hay que tener en cuenta es el uso responsable de este método. Las actuaciones de emergencias en el mar cuestan mucho dinero y hay que tener del todo clara la necesidad de remolcado. De hecho, un factor a tener en cuenta es que cuando una embarcación privada remolca a otra se han de poner de acuerdo entre las dos del precio que le costará a la nave averiada el poder llegar a puerto.

Llegados al punto de que hubiera que hacer la petición de remolcado, hay varias opciones para comunicarlo. La más usual es hacerlo a través de la radio VHF, con una llamada de emergencia a través del Canal 16 o con una llamada directa al Centro de Coordinación de Salvamento Marítimo o una Estación Costera.

Longitud del cabo de remolque

Desafortunadamente, la necesidad de remolcar un barco suele llegar cuando las condiciones metereológicas son adversas. Por lo tanto, cobra mucha importancia la pericia a la hora del desplazamiento.

Hay que tener en cuenta que la longitud del remolque deberá ser múltiplo de la longitud de la ola para que ambas embarcaciones coincidan en la cresta o en el seno de la ola para evitar cualquier tipo de estrechonazos. Por supuesto, el cabo de remolque se hará firme en los puntos más fuertes y firmes de cada embarcación.

La velocidad durante el remolque

Otro punto a tener en cuenta a la hora de remolcar un barco es la velocidad ya que la longitud del cabo que una las dos embarcaciones ha de ser mayor cuanto mayor sea la velocidad y en peor estado se encuentre la mar.

Como norma general, el barco que remolca debe situarse a proa y paralelamente al remolcado, a barlovento o sotavento, según el grado de abatimiento del barco remolcado. Además, la velocidad del remolcador será lo más constante posible sin llegar a sobrepasar los 10 nudos, siempre haciendo uso del sentido común para hacer lo más segura posible la vuelta a puerto. En cuanto al cabo, hay que tratar de refrescar el lugar de rozamiento del remolque para que no se queme.

La maniobra del barco remolcado

Un factor determinante es el gobierno del barco remolcado. En todo momento se ha de intentar que el cabo de remolque sea una prolongación de la línea de crujía, metiendo el timón a la banda contraria la de caída del remolcador, cada vez que este varíe su rumbo.

La supervisión por parte de los tripulantes a proa o a popa de cada embarcación en función de la que sea es vital para que la operación de remolcado termine con éxito. Finalmente, respecto a la indicación de toda esa compleja maniobra, el remolcado debe llevar las luces que se prevén en el reglamento de abordajes y, de lo contrario, será el remolcador quien lo iluminará con su posición.

Asistir a los tripulantes de una embarcación remolcada

Estos son algunos de los factores que hay que tener en cuenta a la hora de remolcar un barco durante la navegación. Cada situación es única y dependerá del estado de la mar y de las embarcaciones en cuestión. 

Saber remolcar correctamente puede ser esencial para salvar una embarcación, pero más importante es estar preparados para asistir a las personas que van en una embarcación susceptible de ser remolcada por si en ella hay quienes necesitan algún tipo de ayuda. Por este motivo es muy recomendable tener conocimientos básicos de primeros auxilios cuando salimos a navegar.