Una mirada al mercado del crucero.
Cada vez es más corriente encontrarnos catamaranes en los puertos y en las calas, sin embargo aún son una notable minoría. incluso en Francia, el país más enamorado de los catamaranes, la relación entre ambos tipos de embarcaciones que salen de los astilleros es de de 5 a 1 a favor de los monocascos. Los catamaranes tienen fama justificada de ser más rápidos y estables que los monocascos de la misma longitud y desplazamiento, mientras que los monocascos la tienen de ser más baratos y duros que los multicascos.
Si ponemos el foco en la vela, la ratio entre catamaranes y monocascos se acorta año a año; la cuestión es saber si es mérito de los catamaranes o demérito de los monocascos. En los ferrys y golondrinas, así como en las regatas de alta competición, puede decirse que los catamaranes ganaron la partida hace años. ¿Acabará siendo así también en el sector de los barcos de crucero?
¿Entonces por qué se compran cada vez más catamaranes?
Parece que las desventajas de los catamaranes frente a los monocascos no desaniman a todos los compradores; alguna razón habrá.
Tal vez tenga que ver con la estabilidad de los catamaranes, ya que al estar apoyados en dos cascos, el balanceo decrece y ese asesino de vocaciones marineras que es el mareo se reduce batante, por lo que el disfrute de una tripulación novata casi se puede garantizar en condiciones normales. Por eso la “familia catamarán” es una familia unida. Además, un propietario de catamarán normalmente no compra pensando en ponerlo a prueba contra los temporales lo que, sin duda, tranquiliza a las tripulaciones menos avezadas.
Otra ventaja de los catamaranes es la de su cómodo gobierno. Poder llevar el barco desde el interior con una vista amplia del horizonte sin tener que salir al exterior es una gran ventaja especialmente con mal tiempo. Muchos compradores se acercan a los catamaranes desechando la idea de que la navegación debe hacerse a la intemperie. Usando un símil terrestre, para muchos el encanto de acampar en la montaña puede ser menor que el de pasar la noche en el refugio, aunque se arriesguen a que otros piensen que para eso mejor ir a un hotel. Para gustos los colores, ¿no?
Y ya que hemos terminado hablando de gustos y colores entramos en la cuestión estética. Es verdad que los monocascos son más populares y bonitos pero eso también tiene que ver con la cultura. Los catamaranes entraron en el recreo hace relativamente pocas décadas y sus diseños eran disruptivos, por no llamarles estrafalarios. Hoy en día que ya son comunes en todos los mares, eso va cambiando y la gente empieza a apreciar la estética de los catamaranes y a encontrarlos agradables en su diferencia, seguramente igual que pasó con los veleros de aparejo marconi hace cien años y con los barcos de vapor hace doscientos.
¿Llegará el día en el que los niños de las guarderías cuando dibujen un barquito de vela pinten un catamarán? Es dificil decir quien ganará la partida en el mundo del recreo, si catamaranes o monocascos, lo que es seguro es que en cualquier caso disfrutaremos averiguándolo.