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Claves para adaptarse al ritmo de trabajo en el mar

La vida a bordo impone un ritmo que difiere del de la vida en tierra firme. Las jornadas se estructuran en torno a las necesidades de la embarcación y no al reloj biológico, lo que obliga a los tripulantes a adaptarse a horarios variables, condiciones ambientales cambiantes y exigencias físicas y mentales constantes. La combinación de sueño irregular, ruido, movimiento y responsabilidad operativa puede generar un nivel de cansancio acumulado que afecte al rendimiento y a la seguridad, tanto individual como colectiva.

En este artículo se abordarán los principales aspectos relacionados con la adaptación al ritmo de trabajo en el mar, analizando cómo influyen el sueño, los turnos de guardia y la gestión del cansancio en la vida a bordo. Asimismo, se examinarán las estrategias más eficaces para mitigar los efectos de la fatiga y se destacará el papel de la formación profesional en la preparación de los trabajadores del mar para afrontar estas condiciones con seguridad y eficiencia.
Tabla de contenidos
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  • El ritmo biológico y sus desafíos en el entorno marítimo
  • Sistemas de turnos a bordo: organización y responsabilidades
  • Estrategias para gestionar el cansancio y mantener la alerta
  • La importancia de la formación profesional en la adaptación al trabajo en el mar

El ritmo biológico y sus desafíos en el entorno marítimo

En el mar, los turnos de guardia, los horarios irregulares y las condiciones ambientales a bordo alteran los ciclos naturales de sueño y vigilia. La exposición constante al movimiento del barco, el ruido de la maquinaria, los cambios de iluminación y la ausencia de una rutina estable influyen directamente en la calidad del descanso.

El cuerpo humano sigue un reloj interno, conocido como ritmo circadiano, que regula las horas de sueño, el rendimiento físico y la concentración. Sin embargo, a bordo este ritmo se ve interrumpido por la necesidad de mantenerse operativo prácticamente las 24 horas del día. La consecuencia más habitual es la fatiga, que reduce la capacidad de reacción y aumenta el riesgo de errores.

Diversos estudios en el ámbito marítimo han señalado que la fatiga acumulada es uno de los factores humanos más determinantes en incidentes y accidentes a bordo. Por ello, la comprensión del impacto del ritmo biológico y la adopción de medidas preventivas son aspectos esenciales de la seguridad y del rendimiento profesional en el entorno marítimo.

El ritmo biológico y sus desafíos en el entorno marítimo

Sistemas de turnos a bordo: organización y responsabilidades

El sistema de guardias es la estructura sobre la que se organiza la vida laboral a bordo. Cada tipo de embarcación, ya sea mercante, pesquera o de pasaje, adapta los turnos a sus necesidades operativas. Entre los modelos más habituales se encuentran el sistema 4/8, con tres equipos que se relevan cada cuatro horas, y el sistema 6/6, más común en embarcaciones con tripulación reducida. También existen variantes de 12/12 en operaciones costeras o cuando la navegación permite un descanso más prolongado.

La distribución de los turnos no solo determina el tiempo de descanso, sino también la calidad del mismo. Un turno nocturno continuado, por ejemplo, puede generar un desequilibrio en el sueño que tarda varios días en corregirse. Además, los cambios frecuentes de horario, circunstancia habitual en travesías largas o con personal limitado, agravan la desincronización del ritmo circadiano.

La correcta organización de los turnos se consigue mediante el equilibrio de la carga de trabajo, la garantía de tener periodos mínimos de descanso y el mantenimiento de una comunicación efectiva entre los miembros de la tripulación. La responsabilidad de cada guardia, especialmente en navegación o maniobras, requiere un nivel de atención que solo puede mantenerse con una gestión adecuada del tiempo y del cansancio.

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Estrategias para gestionar el cansancio y mantener la alerta

La gestión del cansancio en el mar es una competencia esencial para cualquier profesional marítimo. Mantener la alerta durante las guardias depende no solo del número de horas dormidas, sino también de la calidad del descanso y de los hábitos adoptados a bordo.

Entre las estrategias más efectivas se incluyen la creación de rutinas de descanso, la reducción de estímulos luminosos y sonoros en los camarotes, y la utilización de cortinas opacas o tapones para el ruido cuando se duerme durante el día. Una alimentación equilibrada, con comidas ligeras y regulares, y una hidratación constante, contribuyen a mantener la energía sin recurrir en exceso a estimulantes como la cafeína, cuyo uso debe ser controlado para no interferir con el sueño posterior.

El ejercicio físico moderado, incluso en espacios reducidos, ayuda a mejorar la circulación y reducir la sensación de fatiga. Igualmente importante es fomentar la comunicación a bordo: informar al superior o a los compañeros cuando se percibe un nivel de cansancio elevado puede prevenir incidentes y promover una cultura de seguridad.

En la actualidad, la Organización Marítima Internacional (OMI) y las normativas STCW incluyen directrices específicas sobre los periodos mínimos de descanso, subrayando la necesidad de integrar la gestión de la fatiga en la formación y en la operativa diaria de las tripulaciones.

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La importancia de la formación profesional en la adaptación al trabajo en el mar

La adaptación al ritmo de trabajo en el mar no depende únicamente de factores fisiológicos o de la experiencia acumulada, sino también de contar con una preparación sólida y los conocimientos adecuados. Por esta razón, se exige a los profesionales marítimos disponer de las certificaciones y titulaciones correspondientes que acrediten su capacitación para desempeñar funciones a bordo.

Las titulaciones homologadas bajo el Convenio STCW garantizan que los tripulantes comprendan los efectos de la fatiga, la importancia del descanso y las medidas necesarias para mantener la seguridad y la eficiencia durante las operaciones. En España, estas certificaciones están homologadas por la Dirección General de la Marina Mercante y abarcan una amplia gama de formaciones impartidas por escuelas náuticas autorizadas.

En este contexto, cursos como el de Formación Básica en Seguridad Marítima no constituyen únicamente un requisito para la obtención de un certificado profesional, sino también una herramienta de aprendizaje esencial. Su correcta asimilación permitirá trasladar la teoría a la práctica durante el embarque, contribuyendo a una adaptación más eficiente y segura al ritmo de trabajo en el mar.

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