Aprender a ser patrón nos puede llevar un tiempo. Los conocimientos adquiridos en las escuelas náuticas no son suficientes para acometer una travesía de varios días. Empiece realizando salidas breves, a ser posible con patrones con mayor experiencia. Gane seguridad y obtenga tanta experiencia como le sea posible. No se desanime si las cosas no salen como había previsto, aprenda de ello. En poco tiempo mejorará las habilidades adquiridas, perfeccionándolas; así como ganando confianza para emprender travesías más largas. Si necesita ayuda, pídala, eso es ser un buen patrón. Recuerde que todos hemos tenido un comienzo y nos han surgido dudas que con el tiempo hemos sido capaces de resolver.
La responsabilidad del patrón es fundamental a la hora de organizar y planificar una travesía. Sus conocimientos sobre el funcionamiento del barco, las medidas de seguridad y experiencia, inspirarán confianza a la tripulación. Es muy importante no querer emprender travesías que vayan más allá del nivel de experiencia del patrón y su tripulación. Debemos valorar la preparación de la tripulación que nos vaya acompañar, pues en función de su experiencia deberemos adaptar la navegación. Recuerda que la responsabilidad recae sobre le patrón y lo tendrás más fácil si algún miembro de la tripulación tiene experiencia. La tripulación debe implicarse en el buen funcionamiento de la embarcación durante la travesía, colaborar y aportar su granito de arena para que la convivencia sea agradable; es muy importante la predisposición del grupo para llevarse bien con el resto de personas durante largos periodos de tiempo en espacios reducidos. El patrón debe demostrar aptitudes de liderazgo, capacidad de gestión y empatía. Una confrontación nos pueden fastidiar unas vacaciones a las que hemos dedicado semanas de preparación, además de un importante desembolso económico.
En resumen, antes de iniciar una travesía debe tener en cuenta lo siguiente:
- Diseñar el plan de travesía con todo detalle antes de salir, consultando cartas náuticas y derroteros de la zona; también muy importante tener a mano el anuario de mareas y el libro de faros y señales. Contemple planes alternativos para prevenir imprevistos y consulte con su tripulación.
- Aprovecha las últimas tecnologías. Recuerda que son ayudas a la navegación y no sustituyen las cartas en papel.
- Si va a realizar escalas, tenga a mano la información de las marinas y puertos así como de los servicios que ofrecen. Reserve con antelación el atraque, pues en temporada alta los precios se disparan y es muy probable que no encuentre sitio para atracar si lo deja para última hora.
- Una vez diseñado el plan, ha de calcular el combustible y agua que va a necesitar, sobre todo si viaja al extranjero.
- Compruebe que toda la documentación está al día, en especial atención al seguro del barco. Llevar caducado algún documento acarreará sanciones.
- Asignar a los tripulantes tareas apropiadas a sus habilidades para que el trabajo a bordo esté lo más repartido posible.
- Compruebe los elementos de seguridad que en caso de una emergencia debemos hacer uso de ellos. Por lo que indique a la tripulación donde están ubicados y su manejo (chalecos salvavidas, extintores, pirotecnia, radio VHF, aro salvavidas, radiobaliza, balsa salvavidas, etc..).
- Compruebe el funcionamiento del motor, aceites, estado de las baterías; revise grifos de fondo, sentinas y luces. Ante la duda, llame a un mecánico que haga una revisión más a fondo.
- Revise el parte meteorológico y si no lo tiene claro aplace la salida.
- Explique a la tripulación que hacer en caso de MOB (hombre al agua). Es aconsejable hacer un simulacro (tirando una boya o chaleco) nada más salir del puerto para que el resto de tripulantes tenga claro como debe actuar.
- En el transcurso de cualquier travesía es importante estar descansado, por lo que diseñe una tabla de guardias. Es aconsejable en grupos de dos y hacer cambios de guardia cada 2/4 horas, adáptelo en función del número de tripulantes (en la Marina Mercante los turnos son cada 4 horas).