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Cómo mantener a tu tripulación segura

Mantener tu tripulación segura debe anteponerse ante la de tu propio barco, hará de ti un navegante de primera. Un buen navegante se hace mediante la práctica, horas de travesías y disposición de aprendizaje en pos de mantener un alto nivel de seguridad, pues esta es primordial. Pero además de la seguridad, ofrecer comodidad a tu tripulación será parte de tu esencia como buen patrón.

Echemos un vistazo a algunas malas praxis llevadas a cabo por tres patrones (hipotéticos) diferentes:

1. El "correcaminos". El patrón agarra el timón, se hace con el control de la lancha y acelera como si no hubiese mañana. El correcaminos es un crack de la navegación, lo sabe todo sobre primeros auxilios, balizamiento y es capaz de visualizar el océano que lo rodea mediante líneas invisibles.

¿Cuál es su punto débil? Va demasiado rápido. Olvida que está de pie y bien sujeto, con sus manos agarrando el timón, mientras que el resto de la tripulación, está siendo zarandeada a la vez que los refrescos salen disparados de los botes que los contienen. La tripulación, tras las sacudidas, acaban con las rodillas clavadas en el suelo o se van directamente de bruces, pues no tienen donde agarrarse. Que te pongan a 90 grados es, rara vez, algo agradable.

Nota mental: El patrón y el barco siempre puede soportar mejor este tipo de "castigos".

2. Capitana vendaval. En este caso, el error está en que el patrón olvida comunicar a su tripulación lo que ha ocurrido o, peor, lo que está por ocurrir. También que el está, por lo menos, el doble de seguro (físicamente) que su tripulación. Puede doblar el ángulo de la proa sin que nadie le diga nada pero, su falta de comunicación con su tripulación, es algo que ésta valora muy negativamente.

Si hubiera avisado de que iba a acelerar para atravesar un puente, quizá Cabezón no hubiera decidido dirigirse hacia la parte delantera, cayendo y golpeándose, el móvil de su amiga no hubiese salido disparado como un proyectil...¡Con lo fácil que hubiese sido decir "wake"! Y todo el mundo se habría enterado.

Nota mental: Informa a la tripulación de lo que tú ya sabes

3. Capitán Noé-Oportunidad. El problema fundamental de este último es que, a pesar de su vitalidad y su sangre a la hora de llevar a cabo el plan A, nunca cuenta con un plan B.

Hace un tiempo, organizó un viaje de pesca para antiguos compañeros de la universidad. El día empezó de la mejor manera, con un sol espléndido y navegaron incansablemente a 4 nudos. Otro día, insistió en llevar a su familia a la playa, sin dar importancia al viento de 30 nudos que soplaba entonces. Por último, tuvo lugar un maravilloso pic-nic bajo la lluvia a bordo de su barco, a lo que exclamó: "¡Esto es lo que hay!".

Nota mental: Ten siempre un plan alternativo que poner en marcha.
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