Según lo anunciado por el Director General de la Marina Mercante en el pasado Salón Náutico de Barcelona, una nueva normativa sobre las titulaciones náuticas de recreo podría entrar en vigor dentro de seis meses.
Pese a que la normativa actual es muy reciente, ya que no se han cumplido todavía ni cinco años desde que entró en vigor, la administración sigue adelante con su proyecto en contra del criterio de la mayoría de los agentes sociales implicados que opinan que no es el momento para cambios.
Aunque la idea de “más prácticas y menos teoría”, sustituyendo contenidos del examen teórico por formación práctica puede ser adecuada, en un momento de crisis como el actual, “cambiar las normas del juego” parece inoportuno cuando hay tantas empresas con dificultades y sin que por ello vaya a suponer un “balón de oxigeno” para las empresas que se dedican a la venta de embarcaciones.
Y a todo esto, ninguna referencia a la seguridad de la vida humana en la mar, única razón para la existencia de titulaciones náuticas de recreo, ni a los accidentes durante este verano, con la pérdida de algunas vidas, ni a las continuas noticias sobre falsificaciones de estas titulaciones, o a los daños ecológicos causados por el fondeo en zonas prohibidas, bien sea por desconocimiento o irresponsabilidad.
El fraude en el desarrollo de las prácticas, y los procedimientos ilícitos en los exámenes teóricos; la excesiva burocracia y el excesivo tiempo que se requiere para obtener una titulación, son los verdaderos problemas de la náutica de recreo, que podrían resolverse, si hubiese voluntad para ello, sin necesidad de una nueva norma. Bastaría con agilizar los procesos administrativos para que la expedición de los títulos no se demoren hasta tres meses; facilitar el acceso a las titulaciones mediante más convocatorias de exámenes, y mejorar el contenido de los exámenes que adolecen de numerosos errores dejando bastante que desear, para lo que no es necesario cambiar la normativa.
Entre tanto, no queda sino esperar a conocer el contenido del borrador para valorar los posibles cambios.
No se debería olvidar que el último borrador para el cambio de las titulaciones que circulo hace apenas un año, fue archivado por el rechazo mayoritario de los agentes implicados y de las administraciones de la comunidades autónomas con competencias en la materia.
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